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Beneficios de la lectura compartida

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Cómo implementar la lectura compartida

La pandemia nos ha quitado muchas cosas. Nos ha limitado drásticamente las oportunidades de interactuar con otros cara a cara, desplazarnos y utilizar el espacio público. En la mayoría de los hogares ha alterado nuestros trabajos, nuestras rutinas, e incluso, nuestra economía. Pero hay algo que la pandemia nos ha dado: más tiempo para compartir en familia. Les invitamos a ocupar esta oportunidad para implementar una actividad que traerá mucha satisfacción: la lectura compartida.

En el blog anterior vimos que, si leemos con nuestros hijos y conversamos sobre lo leído, obtendremos beneficios académicos y sociales (mejorar autoestima, empatía y apoyo social). Aquí te contamos cómo implementar la lectura compartida.

Lee cotidianamente

Sabemos que la lectura compartida, al igual que muchas otras cosas que nos hacen bien, requiere que sea incorporada en nuestra rutina: algo que hacemos cotidianamente. Algo tan esencial, como tomar desayuno o lavarnos los dientes. Basta con que leamos con nuestros hijos 5 minutos todos los días, para obtener efectos positivos.

Lee con calma

Para disfrutar la lectura, tenemos que estar en el presente. No pensando lo que nos falta por hacer después, ni tampoco lo que hemos hecho antes. Es esencial que escojamos un lugar calmado, lejos de las pantallas y teléfonos que demandan constantemente nuestra atención. Avanza en la historia, mientras vas leyendo y hablando sobre lo que pasa en el texto y en las imágenes.

Parte de a poco

Como muchas otras mejorías introducidas a nuestras rutina -como comer saludable o trotar- para leer compartidamente también tenemos que empezar de a poco. Recomendamos partir con una historia ilustrada que nos tome unos 5 minutos de lectura, seguidos de 5 minutos de conversación.

Lee como un juego

Para que disfrutemos de la lectura compartida, tenemos que hacerlo como un juego, no como una más de las tareas escolares. Proponemos jugar a partir de la lectura inventando canciones con alguna parte del texto, repitiendo las rimas o hacienda bailes o movimientos a partir de alguna historia compartida.

Lee cómodamente

Basta con extender una frazada sobre el suelo, rodearnos de cojines o almohadas para acomodarnos con nuestros hijos en un sillón u otro lugar para disfrutar juntos de la lectura. Sea cual sea el lugar, mantenlo simple, con los menos elementos posibles que puedan distraernos. Privilegia espacios bien iluminados, con las cortinas o persianas abiertas, o cerca de una ventana para disfrutar la luz natural. Si están leyendo debajo de una manta o ‘cueva’, usa una linterna para aumentar el misterio y lo especial de la experiencia.

Dispone la historia al nivel de los niños

Instala la historia a compartir al nivel de la vista de los niños. Para esto, es importante que nos arrodillemos o agachemos hasta ponernos en el lugar en donde reside la vista de nuestros hijos. Al momento de leer, sujeta el libro o pantalla (si se trata de un libro digital) cerca del foco de los niños, lo suficientemente cerca como para ser observado, olido y tocado.

Acerca la historia a tu vida

Cambia pedazos de la historia (por ejemplo, los nombres de los personajes o el nombre de los lugares) para hacer como si el libro se tratara sobre tu familia, alguna anécdota que han tenido, o tus niños o alguien que conocen.

En resumen, para llevar a cabo la lectura compartida, es necesario incorporarla a nuestra rutina, partiendo de a poco, leyendo como un juego, cómodamente, compartiendo el libro con los niños y acercando la historia a nuestras vidas. Siguiendo estos consejos, disfrutaremos de esta experiencia y obtendremos los beneficios descritos en el blog anterior.

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