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La lectura compartida y las emociones desagradables

Muchas veces se hace la distinción entre las emociones positivas (como la alegría) y las emociones negativas (como la rabia). Nosotros preferimos distinguir entre emociones agradables y desagradables, ya que todas las emociones son positivas porque nos informan, nos desafían y nos movilizan a la acción. La distinción que sí queremos resaltar es entre formas positivas y negativas de afrontar las emociones agradables y desagradables.

Las emociones desagradables -como la rabia, la envidia o la pena- en vez de reprimirlas, negarlas o esconderlas, podemos aprender a expresarlas de maneras constructivas. Para esto es importante distinguir por ejemplo entre rabia o pena, y agresión. La rabia y la pena apuntan a algo que nos resulta frustrante, molesto o conflictivo, pero no por sentir rabia o pena, vamos a agredir a los demás. Escuchando la rabia y la pena que sentimos, podemos crecer y aceptar nuestras propias limitaciones.

Nuestro rol como modelos es esencial, ya que más allá de lo que decimos, la expresión de emociones se aprende a través del ejemplo. Si cuando nosotros tenemos rabia o pena gritamos o decimos garabatos, aunque les repitamos a nuestros hijos que no repitan estas acciones, lo harán cada vez que se sientan de esa manera. Lo mismo que si les decimos que expresen la rabia pero nosotros la reprimimos, lo más probable es que nuestros hijos hagan lo mismo. Y como en todas las dimensiones de la vida, es mucho más efectivo enseñar, que reprimir.

Uno de los primeros pasos para aprender formas constructivas de expresar las emociones, es poder nombrarlas. Decir por ejemplo ‘me enoja que dejes tu ropa sucia tirada en el en suelo’ es mucho más efectivo que gritar ‘eres un desordenado’. Lo segundo, es ofrecer un tiempo de distención cuando vemos que nuestros hijos están frustrados o enojados o tienen una pataleta. De hecho, cuando los niños están teniendo una pataleta, lo mejor es quedarse en silencio hasta que se calmen, ya que hablarles en ese momento agrava más la situación. También es importante ofrecer formar constructivas de expresar la rabia. Golpear una almohada, correr o gritar, es mejor que golpear a otra persona.

Identificar las emociones desagradables a través de la lectura

Lee ‘Pato pataletas’, ‘Oli verde envidia’, ‘Una cadena de miedos’ y ‘Rita rabiosa’ poniendo atención en qué hacen los personajes del cuento. ¿Se parece a la forma en que expresamos nuestras emociones en casa? ¿Qué es diferente y qué similar? Leyendo estos cuentos y conversando a partir de lo leído, podemos ayudar a nuestros hijos a identificar sus emociones desagradables, y ayudarlos a encontrar formas constructivas de expresarlas.

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