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Beneficios de la lectura compartida

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Octavo beneficio

La lectura compartida y el amor incondicional

¿Te acuerdas de cuando nacieron tus hijos? ¿Te acuerdas de haberlos mirado por horas, maravillada de su infinita y diminuta perfección? ¿Te acuerdas del olorcito que tenían sus cabezas y las ganas que sentías de abrazarlos? Desde el momento en que nacen estamos diseñados para enamorarnos de nuestros hijos. Por eso somos capaces de amamantarlos, pasar años despertándonos por las noches y cuidarlos de las mil maneras que sea necesario para asegurar que se desarrollen y crezcan en plenitud.

No importa que se nos parezcan o no. No importa cómo sea su temperamento o su personalidad. No importa si nos hacen la vida más o menos simple. Como padres nuestra misión es amarlos incondicionalmente. Como ojalá nos hayan amado nuestros padres, o tal vez alguno de nuestros abuelos, un profesor u otra persona significativa.

Me acuerdo una amiga que tenía una relación conflictiva con su mamá. No fue hasta que me ayudó a cuidar a mis hijos recién nacidos, que se hizo consiente de la entrega que significaba la crianza. A partir de esa experiencia, logró mejorar la relación con su madre, ya que se dio cuenta de que sin ese amor incondicional, no hubiese sobrevivido el frágil comienzo de su propia vida.

El amor incondicional no pone restricciones ni condiciones. Es un afecto sincero que no depende de lo que nuestros hijos hagan ni dejen de hacer. Es independiente a las expectativas que tengamos. No está sujeto a los errores que puedan cometer ni a los logros que puedan obtener. Es el amor que acepta al otro con sus luces y sombras; con sus fortalezas y debilidades.

El amor incondicional prepara a nuestros hijos para ser felices a lo largo de la vida, ya que sienta las bases para el desarrollo de vínculos seguros con los demás. Y al sentir que están rodeados de una red invisible de afecto, que evitará que se caigan o que hará las caídas parte del aprendizaje, podrán expresar sus emociones sin miedo. Ese amor incondicional es el que además planta en los niños la semilla de la autoestima positiva, la que se basa en una aceptación de nuestras propias virtudes y defectos.

No basta sentir amor incondicional hacia nuestros hijos. Hay que demostrarlo cotidianamente. Podemos lograr esto a través de:

Cómo expresar el amor incondicional

Lee ‘Pato pataletas’, ‘Oli verde envidia’, ‘Una cadena de miedos’ y ‘Rita rabiosa’ poniendo atención en qué hacen los personajes del cuento. ¿De qué forma los padres expresan amor incondicional a sus hijos? ¿Se parece a la forma en que expresamos nuestro amor incondicional en casa? ¿Qué es diferente y qué similar?

Leyendo estos cuentos y conversando a partir de lo leído, podemos ayudar a nuestros hijos a identificar el amor incondicional que los contiene y ayudarlos a convertirse en cada día mejores versiones de sí mismos.

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