Como padres queremos lo mejor para nuestros hijos. Que sean felices. Que identifiquen sus fortalezas y debilidades. Que construyan amistades. Que sean independientes y aprendan a resolver conflictos. Que crezcan sanos en cuerpo y alma. Que sepan escuchar, respetar y sentir empatía. Y ahora más que nunca, que sean resilientes y se adapten a los desafíos y cambios derivados del mundo incierto en que vivimos. Cuando pase esta pandemia, nuestros hijos podrán recordar el tiempo que pasamos leyendo y conversando juntos. Si hay una actividad ponderosa que tenemos a mano especialmente en confinamiento, es la lectura compartida.
Lectura compartida: Leer y conversar
La lectura compartida involucra un cambio en los roles tradicionales de adultos y niños al leer una historia. Los adultos incentivamos a los niños a convertirse en los relatores del cuento, asumiendo una postura de escucha activa, en lugar de simplemente leerles una historia. Nuestro rol es agregar información, hacerles preguntas y estimularlos a elaborar sus explicaciones y puntos de vista. Porque en la lectura compartida no basta con leer. También tenemos que conversar sobre lo que leímos, ya que la conversación antes, durante y después de la lectura, es tan importante como la lectura misma.
Beneficios académicos
La investigación ha demostrado que los niños que disfrutan de la lectura, les va mejor en el colegio. Y el efecto de la lectura se expande más allá de los logros académicos. Los niños que disfrutan leyendo, logran mejores resultados, independiente del nivel socioeconómico de su hogar, o la calidad del colegio al que asisten. El llamado ‘efecto ficción’ ha demostrado que niños que leen historias de ficción (en vez de periódicos o comics) tienen habilidades de lectura significativamente más sólidas que sus compañeros que no lo hacen.
Mejor autoestima
Los niños que disfrutan de la lectura tienen una autoestima más positiva que los que no disfrutan de esta actividad. Esto se explica porque la lectura genera un ‘efecto espejo’ que permite identificarse con los personajes y así conocerse mejor, lo que aumenta la valoración de nuestras diferencias y nos permite identificar aquello que nos hace únicos y diferentes al resto.
Mejor empatía
Los niños que disfrutan de la lectura tienden a predecir y entender mejor las acciones y puntos de vista de los demás. La lectura les ayuda a desarrollar la llamada ‘teoría de la mente’ es decir, esa capacidad para ponerse en el lugar de los demás y así, entender que las personas tenemos valores, experiencias y opiniones diferentes que motivan nuestras acciones.
Mejor apoyo social
Leer desde niños también aumenta nuestra capacidad para apoyar a los demás. Estudios han demostrado que, al leer, podemos disminuir prejuicios contra los desconocidos y en ese sentido, abrir nuestras posibilidades no solo de interactuar con personas diferentes a nosotros, sino también ser mejores ciudadanos.
En resumen, les invitamos a llevar a cabo la lectura compartida: una actividad poderosa que tenemos a mano especialmente en confinamiento. Al leer y conversar sobre lo leído, obtendremos no solo beneficios académicos para nuestros hijos, sino también les ayudaremos a mejorar su autoestima, mejorar su empatía y aumentar su capacidad de ayudar a los demás, lo que redundará en la construcción de mejores sociedades. Para tomar este desafío, lee el próximo blog sobre cómo implementar la lectura compartida.
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