Blog thumbnail

¿El estreñimiento llegó con el embarazo y nunca más se fue?

Blog thumbnail

No te preocupes porque es mucho más común de lo que te imaginas. Muchas mujeres conocen al molesto estreñimiento con su primer embarazo. Es que el cuerpo cambia tanto que era de esperar que también afecte a la digestión.

¿Por qué se da el estreñimiento en el embarazo?

Aunque es común, no podemos dejar de ocuparnos y buscarle una solución, porque las molestias que genera son o llegan a ser, en ocasiones, muy limitantes.

El tránsito intestinal es más lento durante el embarazo como consecuencia de la progesterona. El proceso digestivo se vuelve más largo y trabajoso y el estómago tarda en vaciarse, produciendo incomodidad ya que las heces están más tiempo en el. Por otra parte, como el útero va creciendo, puede comprimir el tramo final del intestino, obstaculizando el paso de las heces y haciendo que se vuelvan más duras y secas.

Lamentablemente, los suplementos de hierro -muy necesarios para combatir la anemia- por lo general complican aún más el problema. En efecto, son muchos los factores que terminan causando estreñimiento en el embarazo.

¿Cuáles son sus síntomas?

Los síntomas son diversos, como evacuación poco frecuente, heces duras, dolor al defecar, sangrado rectal, gases, sensación de hinchazón y pesadez, etc. En ocasiones, incluso pueden aparecer náuseas y dolor de cabeza.

Pilares para combatir el estreñimiento en el embarazo

Alimentación

Una dieta equilibrada juega un papel muy importante en todo esto y una de las claves está en la fibra, contenida sobre todo en frutas y verduras, frutos secos, legumbres, pan y cereales integrales, entre otros. Como lo hemos comentado en otros artículos, la función de la fibra es aumentar el volumen de las heces para agilizar el tránsito intestinal. Es frecuente escuchar que a las embarazadas que sufren de estreñimiento les recomiendan comer muchas ciruelas o kiwis, sin muchas explicaciones. Pues bien, otras frutas ricas en fibra son las frambuesas, las peras, las fresas, los higos y las pasas. Recordemos que, en la piel de la fruta, a pesar de ser el destino de los pesticidas, es donde encontramos la mayor concentración de fibra. Por lo mismo, no hay que pelar la fruta, ¡hay que lavarlas bien!

Además de ayudarnos activamente contra el estreñimiento, la fibra tiene otros beneficios para el cuerpo humano. Retrasa la absorción de los carbohidratos reduciendo los niveles de azúcar en la sangre y haciendo que el páncreas no trabaje tan duro para fabricar insulina en exceso. Además, contribuye a eliminar grasas a nivel del intestino, evitando que el colesterol se absorba tanto, y además facilita el crecimiento de bacterias “buenas” en el colon.

Pero no hay que obsesionarse, ya que comer demasiada fibra tampoco es lo ideal, ingerirla en exceso puede ocasionar síntomas como gases, diarrea o dolor de barriga (sobre todo al principio, y más si anteriormente no comías mucha). La cantidad ideal para la mujer joven es de unos 25 gramos al día.

Así como existen alimentos amigos de la digestión, hay otros que no la favorecen. Las pastas procesadas, el arroz, los arándanos, el membrillo o la manzana, por ejemplo, son astringentes. Esto no significa que no sean recomendables durante el embarazo, pero si aparecen problemas de estreñimiento, será mejor no abusar demasiado de ellos.

Consumo de agua

Tanto o más importante que cuidar nuestra alimentación, es preocuparnos por lo que bebemos. El agua es imprescindible para el buen funcionamiento del organismo. Si se bebe poca agua, el colon absorberá toda la que encuentre, y las heces serán más secas y duras. Debido a lo anterior, es muy importante que bebas la cantidad adecuada de agua (unos dos litros al día).

Actividad física

Junto con la alimentación, el ejercicio es fundamental. Si no te mueves, tus intestinos tampoco lo harán. No se trata de ir dos horas diarias al gimnasio, simplemente basta con caminar media hora al día para ayudar a tu digestión.

Generar una rutina para ir al baño

Por otra parte, también es importante revisar en qué condiciones vas al baño. Un buen truco cuando cuesta evacuar y se tiene sensación de hacer poca fuerza, es colocar un escalón o taburete bajo los pies. Esto facilita la aproximación de las rodillas hacia el pecho relajando la musculatura de la zona y dando más libertad al recto. Además, siempre te sentirás más cómoda en casa que en un baño público y por lo mismo es recomendable que generes una rutina que te permita ir al baño antes de salir de casa. Los laxantes que actúan entre 8 a 12 horas son una buena alternativa ya que, si los ingieres por la noche, irás al baño al despertar, antes de iniciar tu día, lo que te permite disfrutarlo sin los molestos síntomas del estreñimiento.

Recuerda que todo esto puede funcionar bien, pero si reprimes las ganas de ir al baño, luego te podría costar aún más, y volver a tener ganas podría tardar un par de días en llegar. Así pues, si sales de casa, siempre es buena idea llevar contigo pañuelos de papel o toallitas higiénicas para sentirse más cómoda si las ganas llegan cuando estás fuera de tu hogar.

Uso de laxantes en el embarazo

Muchas veces, si llegamos a este punto, deberemos valorar el hecho de recurrir a laxantes, los que deberán ser prescritos por tu ginecólogo. Lo ideal es preferir aquellos que actúen de la manera más natural posible.

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Shopping cart

0

No hay productos en el carrito.

Hit Enter to search or Esc key to close